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El discurso pictórico.

Generación del discurso pictórico.

Lic. Mario Sánchez M



El proceso de producción pictórico previo, y durante la búsqueda de un estilo, provienen de un desarrollo complejo e indispensable para el creador, esto como la generación de las directrices que dan forma a su lenguaje plástico. Más allá que una justificación o significado de las imágenes producidas, el discurso pictórico será el medio en que el creador comunicará el contenido de la obra hacia el espectador, a través de los distintos canales cognitivos, logrando manejar este cúmulo de elementos desde lo formal y objetivo, hasta los que atienden la comunicación afectiva en el marco de una ideal meta cognición.


Hasta este momento hemos descrito y analizado este proceso de orden subjetivo, donde el humano se desarrolla en distintos niveles, desde lo declarativo, lo cognitivo y hacia la propia actividad de carácter humano y hacia la realización de una pieza única, dotando al creador de los elementos que a la par del proceso formal de aprendizaje, le permitan manejar las herramientas que posibilitan comunicarse con el espectador tanto en lo objetivo como en la generación de una experiencia que le resulte significativa.


Esta generación de un discurso propio, profundo, contundente y hacia una reminiscencia en la imagen, atenderán a cada acto perceptivo visual, de observación y experimentación activa del creador, permitiendo:


· Desarrollar la percepción. Mediante un proceso metodológico afectivo.

· Aprender a ver. A través de un proceso sensitivo.

· Aprender a representar. En un proceso experimental.

· Aprender a reforzar lo significativo. En un proceso práctico.

· Desarrollar la creatividad. En un complejo proceso creativo.

· Aprender a “ser”. En un proceso ontológico-integral.


El creador se presentará ante distintos momentos de concreción de conceptos y detonantes que vayan dando intención y rumbo a su actividad de producción plástica, y la generación de su discurso.


En un inicio previo al acto de producción pictórica, el creador se detiene ante la definición del tema de su obra; que responderá a pasiones y/o acciones humanas. Posteriormente, vendrá la fundamentación del mismo, a través de 3 cuestionamientos muy importantes, el ¿Cómo?, ¿Porqué? y el ¿Para qué?.


El ¿Cómo?, refiere al hacer, a la investigación y a las distintas estrategias que vayan definiendo nuestro proceso de investigación y documentación teórica y visual.


El ¿Por qué?, comprenderá todos los conceptos plástico/pictóricos adquiridos durante el aprendizaje formal.


Y el ¿Para qué?, donde observamos los conceptos de carácter ontológico, hacia un desarrollo integral como ente creador, con la inclusión de valores propios del humano.


El artista se manifiesta frente a un orden de estudio a desarrollar a través del acto pictórico, mediante formas de conocimiento en gran parte de carácter intuitivo o sensorial, es decir, una inteligencia práctica, que son parte de un proceder heurístico. En la ejecución, se presencia la construcción de reglas y una diversidad de formas de conocimiento que operan conjuntamente en marcos formales e informales, mediante formas de conocimiento simbólicas que de primera instancia son de carácter intuitivo.


Este proceso, como parte de un cuerpo de conocimiento, se ve complementado con un aprendizaje formal, académico, con el conjunto de teorías y conceptos plástico formales, de la forma, color, composición, etc, y que va dando a su vez carácter a distintos ordenes dentro de la producción pictórica, como es lo sensorial, lo perceptual, conceptual, procedimental, hasta lo actitudinal.


Ya durante el trabajo práctico en el taller, como complemento hacia la generación de un discurso pictórico, se apuesta por un dominio en el oficio, que nos permita extender nuestras herramientas y no limitar en lo absoluto nuestro motivante creativo, se presenta entonces un saber informal, con la inclusión de conocimientos intuitivos, un conocimiento disciplinal, y un conocimiento histórico-crítico.


Este proceso de aprendizaje en la producción pictórica nos va llevando hacia la práctica más allá del conocimiento únicamente de carácter intuitivo y simbólico, potencializando las habilidades y destrezas, siendo que una educación artística limitada a la producción no es significativa, por lo que deberá ir más allá de los muros del taller y de lo auto expresivo.


El proceso descrito dará soporte a la generación del discurso pictórico, producto de un aprendizaje tanto en lo formal como en lo intuitivo y lo procedimental, donde cada elemento aporta fuertes conceptos que permiten conjuntar distintos ordenes de conocimiento, y dotaran al discurso pictórico de un lenguaje lejano de lo especializado y cerrado, y más cercano a lo puramente perceptivo y significativo.

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